Qué es y qué no es la Masonería

Qué es la masonería

  • Una búsqueda espiritual de carácter esotérico
  • Una alianza de hombres libres y honestos
  • Un camino de formación para la vida
  • Una enseñanza de conducta moral
  • Una fraternidad iniciática
  • Un enfoque de la historia
  • Una sociedad estructurada
  • Un proceso estructurado

El Masón es un hombre que busca el sentido de la existencia propia y del cosmos, y desde la humildad indaga los enigmas y dialoga con los misterios. El esoterismo masónico se basa en un método simbólico y ritual cuyos orígenes se remontan al crisol primordial de la cultura y de la tradición.

La Francmasonería es una alianza de hombres libres y honestos de todas las confesiones y de todos los orígenes sociales, sin que ello implique un sincretismo filosófico o religioso.

La Francmasonería proporciona a cada persona que quiere trabajar sobre sí misma las herramientas del Simbolismo y la Tradición. Constituye una escuela de vida y una enseñanza de conducta moral en la que cada cual puede desarrollarse por sí mismo.

Es una Fraternidad que permite enriquecerse de los otros y responder concretamente a los problemas que nuestro tiempo plantea a cada uno de nosotros a través de la multiplicidad de los puntos de vista. Establece un proceso espiritual estructurado a la vez como organización humana y como camino.

La organización asegura la libertad y la independencia de trabajo de cada uno, garantizando al mismo tiempo un apoyo colectivo.

El camino está hecho de etapas (grados) que facilitan el enriquecimiento interior y la búsqueda de la trascendencia.

Gracias a esta mezcla, que puede parecer extraña, de libertad individual y de tradición, la Francmasonería ha sobrevivido intacta desde sus orígenes operativos inmemoriales, siempre la misma y nunca anticuada.

Importa cultivar tanto la libertad del otro como la propia de cada uno. Respetando la libertad del otro, no solamente uno se enriquece a través de su pensamiento y experiencias, sino que descubrimos a veces que nuestras certezas no lo son.  No se trata de proponer un modelo ecléctico de religiones y humanismos, sino de abrir el espíritu a las diversas culturas universales que han enriquecido el pensamiento humano y en las que subyace una misma tradición. No puede omitirse, que el método masónico facilita también, como se ha dicho, la trascendencia, liberando al ser humano de los lastres y condicionamientos de una inmanencia cerrada.

Un camino de formación para la vida

La unidad biológica de la humanidad supone la supresión del racismo. No hay hombres superiores o inferiores, solamente una gran diversidad étnica y cultural, así como grados en la evolución de las sociedades humanas. No cabe más distinción entre las personas que las que procedan del mérito y la virtud. Solidario con todos los seres en la unidad cósmica, desde lo infinitamente pequeño a lo infinitamente grande, el hombre consciente se siente vinculado a esa unidad, Alma o Arquitecto del Cosmos, símbolo de la perfección suprema.

 

Un aprendizaje y una enseñanza de conducta moral

La palabra moral, rechazada en una cierta época por dogmatismo y de regreso hoy con el nombre de ética, reviste numerosos significados. En el contexto masónico del perfeccionamiento del individuo, puede significar algo muy sencillo y que forma parte de este trabajo hacia la libertad responsable: poner de acuerdo nuestros pensamientos y nuestros actos. Reconciliar y armonizar el deber y el ser. Este acuerdo dista mucho de ser fácil de lograr en el contexto de la vida contemporánea y requiere valentía y esfuerzo, y sobre todo, mantener siempre una conciencia justa y recta, libre de condicionamientos acomodaticios.

Una fraternidad

En esta búsqueda del perfeccionamiento es importante encontrar un conjunto de personas en el mismo camino para intercambiar las experiencias, apoyarse unos a los otros y experimentar las virtudes propias del humanismo. Por eso la Francmasonería es una fraternidad, como consecuencia a la vez de ese trabajo en común y como medio de avanzar cada uno en su camino. Es esta fraternidad el vínculo profundo que nos une a los otros hombres, sean o no francmasones. La fraternidad masónica está concebida para el perfeccionamiento moral y espiritual, y en modo alguno puede utilizarse para satisfacer intereses particulares de orden económico, político o religioso.

Un enfoque de la modernidad

El hombre de nuestro tiempo debe pensar a escala mundial; debe mirar por encima de las barreras sociales, filosóficas y religiosas que separan a los hombres. El dogmatismo bajo todas sus formas sólo puede ser negativo en la mundialización actual. La Francmasonería es una experiencia que muestra que la universalidad no es ni debe ser sinónimo de uniformidad, bien al contrario, una oportunidad de mutuo enriquecimiento humano. La Francmasonería busca siempre la Verdad, por eso combate el dogmatismo en cuanto defecto por el que se trata de imponer falsas verdades o verdades a medias, como si fueran la Verdad plena.

Una búsqueda espiritual

Para tener éxito en la apuesta por la diversidad en armonía, la Francmasonería tradicional recurre a un principio superior que trasciende la realidad material y tangible, al que algunos llamarán ‘Dios’, otros ‘Unidad’, o aún, ‘Energía’ y que nosotros llamamos Gran Arquitecto del Universo, a cuya gloria trabajamos. La combinación de la creencia en un principio superior y un proceso de perfeccionamiento de sí mismo constituye per se una búsqueda y un camino en sentido amplio.

Una sociedad estructurada

Los francmasones trabajan en logias que forman parte a su vez de Grandes Logias o Grandes Orientes. Cada Logia se dota de un comité (Colegio) y de un presidente (Venerable) como toda sociedad. Las Grandes Logias se dotan de un Gran Colegio y de un Gran Maestro. Esta estructura colegial coordina los trabajos, así como las Grandes Logias no dirigen sino coordinan las Logias. Con el fin de que en el seno de esta organización no se instalen relaciones de poder, los Colegios y los Grandes Colegios se renuevan de forma regular y obligatoria. El principio a seguir es: masones libres en logias libres. El masón ha de obedecer a una sola cosa: el compromiso que ha tomado consigo mismo de trabajar en su perfeccionamiento espiritual y moral.

Un proceso estructurado

La metodología masónica está estructurada en sistemas de grados que corresponden a los Ritos. La riqueza de las herramientas propuestas es inmensa, y, puesto que no se puede dar un paso sino después de otro, el método masónico ha sido estructurado en un sistema de grados que constituyen otros tantos pasos que llevar a cabo. Cada grado propone unas virtudes y unos símbolos nuevos sobre los cuales el masón está llamado a meditar. Lejos de la vacuidad y liquidez de algunas propuestas filosóficas contemporáneas, la Masonería cree en la Verdad y no la equipara con la obscuridad de la mentira ni la confusión del error; cree en el valor, en el sentido del deber, en el mérito y en la virtud.

 

Qué no es la Masonería

  • Una sociedad de prosélitos
  • Una sociedad filantrópica
  • Una sociedad mercantilista
  • Una sociedad misógina
  • Una religión ni una secta
  • Una sociedad secreta

Para decir lo que no es la Francmasonería sería suficiente tomar lo contrario de lo que sí es. Sin embargo, su desconocimiento lleva consigo habladurías sobre las cuales es importante pronunciarse.

  • No es una sociedad benéfica, filantrópica o de encuentro para hacer negocios, como puedan ser ciertos clubes.
  • A pesar de que muchas jurisdicciones masónicas no admitan a mujeres, ello no significa que la masonería esté reservada sólo a los hombres. Existen igualmente obediencias femeninas y mixtas.
  • La Francmasonería no es ni una religión ni una secta, sino que representa un enfoque espiritual basado sobre la libertad de cada uno y consecuentemente sobre la tolerancia mutua. La Masonería defiende la espiritualidad humana y la religión en sus diversas manifestaciones, tanto en el ámbito publico como privado, pero combate toda conducta o posición que desconozcan los derechos humanos y la dignidad de la persona o implique dogmatismos de cualquier naturaleza.
  • No es una sociedad secreta puesto que se constituye en asociaciones reconocidas oficialmente y cuya xistencia y objetivos son declarados públicamente. Sí es una sociedad discreta, que preserva la intimidad, la privacidad y la libertad ideológica y religiosa.

Una sociedad de prosélitos

La Francmasonería no practica el proselitismo. Informa a quienes desean conocerla, y pone a su disposición los recursos bibliográficos existentes. Pero informar no es nunca realizar una propaganda que persigue adhesiones. La Masonería no es una sociedad de masas, y «la cantidad» no le interesa.

La Masonería no hace proselitismo, pues es libremente, sin ser inducido, que alguien debe sentirse llamado a compartir el camino de los francmasones. Uno se hace francmasón porque siente la necesidad de perfeccionarse y contribuir al perfeccionamiento de la humanidad.

Una sociedad mercantilista

La Francmasonería no está organizada como algunos clubes y no es el lugar para practicar el amiguismo y hacer negocios. Cada cual, en el ejercicio de su libertad económica y profesional, puede emprender y acometer las iniciativas mercantiles que considere pertinentes, dentro de la ley y de la ética, pero nunca instrumentalizando o sirviéndose de la fraternidad o de la organización masónicas.

Una sociedad filantrópica

La Francmasonería no es una sociedad filantrópica, ya que su fin principal es el perfeccionamiento de sus miembros haciendo de ellos personas virtuosas. De esta manera, el francmasón sabrá trabajar libremente por el prójimo y asumir los compromisos que la caridad, la solidaridad y la justicia exigen.

Una sociedad misógina

La Gran Logia General de España es exclusivamente masculina, lo que no quiere decir que la Masonería en su conjunto lo sea. Existen, en efecto, otras obediencias exclusivamente femeninas y también mixtas.

Por una parte, al provenir de sociedades de constructores de la Edad Media, hereda históricamente una tradición masculina. Por otra parte, el trabajo sobre sí mismo afecta a menudo a sensibilidades distintas y se puede escoger libremente sea compartir esta sensibilidad con personas del otro sexo, en cuyo caso se puede ingresar en una obediencia mixta, sea por vivir ese intercambio separadamente, en cuyo caso puede uno incorporarse a una obediencia masculina o femenina, según sea uno hombre o mujer.

Ni una religión ni una secta

La Masonería, por su propia naturaleza, no es una religión, pues su finalidad no es tributar culto a ninguna deidad ni establecer un sistema moral conforme a un sistema teológico concreto.  La religión, en cuanto confesión o profesión de una fe, no es competencia de la Masonería, que respeta y defiende el hecho religioso como un derecho fundamental, siempre que sean conforme a la Constitución. La Masonería no es antirreligiosa, y por eso rechaza las ilegitimas «condenaciones» pronunciadas en determinados momentos de la historia por algunas Confesiones.

La Masonería no es una secta. La adhesión y dimisión son libérrimas, no existen líderes, su organización es democrática y pública de acuerdo con las leyes de cada país.

No es una sociedad secreta

La Francmasonería no es una sociedad secreta porque no oculta su existencia, objetivos y configuración. Además, la mayoría de sus símbolos y de sus ritos pueden encontrarse en cualquier librería y en internet.

Del mismo modo, forma parte del respeto a la libertad del otro no decir que es masón, pues él mismo habrá de determinar la pertinencia de declararse como tal, según la tolerancia de su medio profesional y social.

 

Qué puede ofrecer la Masonería

Es fácil, teniendo en cuenta lo anterior, hacerse una idea de lo que la Francmasonería puede aportar al individuo en particular y a la sociedad en general. En resumen, se trata esencialmente de una escuela de vida y de aprendizaje de la libertad y la responsabilidad, que toma en consideración todas las dimensiones del individuo: lo espiritual, siguiendo la tradición y la referencia a un Principio Superior; en el plano afectivo a través de la fraternidad; en el intelectual por el ejercicio sereno de la razón y la búsqueda de la verdad.

A toda persona que desee seguir el camino difícil de su perfeccionamiento, la Masonería le permite encontrar una alianza fraternal, en el seno de la cual pueda compartir sus ideas, esfuerzos e interrogaciones, sin polémicas, discusiones, partidismos, ni dogmatismos.

La Masonería proporciona así un lugar de encuentro en el que el diálogo constructivo es posible, fomentando la escucha del otro y el respeto hacia sus opiniones. Lo que reúne a los francmasones es la fe en la perfectibilidad de cada uno y en la posibilidad de ejercer una influencia positiva sobre los demás. A través del trabajo del masón, la Masonería espera irradiar hacia el exterior más justicia, tolerancia, caridad y amor mediante el comportamiento activo, libre y responsable de cada uno.